La restauración integral de la Iglesia Parroquial de Valdilecha, financiada por la Dirección General de Patrimonio Histórico y recientemente finalizada, se inició con una urgencia y una duda. La urgencia vino determinada por el desplome de un alero sobre la nave lateral norte en el invierno de 2005.
La primera inspección realizada, todavía sin medios auxiliares, permitió observar lesiones habituales en cubiertas en las cuales la acumulación de pequeños daños da lugar a procesos patológicos de mayor alcance. Así, en este caso, la rotura y movimiento de piezas de cubrición había ido mermando la capacidad portante de los elementos subyacentes (estructuras y muros), hasta provocar la ruina de una parte del alero de la nave principal.
En el resto de las cubiertas los daños eran generalizados. La presencia de un falso techo de cañizo, fijado a la estructura de cubierta, impedía una inspección completa de la estructura. Además, este falso techo se encontraba agrietado en diversas zonas, con planchas semidesprendidas, cuya estabilidad no era posible garantizar. Por ello, la Iglesia fue clausurada provisionalmente.
En la inspección visual efectuada se pudo comprobar la existencia de restos de una armadura vista de madera, de la cual habían desaparecido todos los elementos a partir del nivel de los estribos. Se conservaban los tirantes pareados, con canes labrados, y el alicer. El resto había sido sustituido por una estructura de cerchas de madera en cuchillo español, siguiendo la modulación de los tirantes, y correas. Posteriormente, una vez realizado el demontaje completo de la estructura, se comprobó en el paño de la torre la presencia del hueco de empotramiento de la hilera correspondiente a la estructura de cubierta de par y nudillo, con lo cual la geometría de la misma quedó inequívocamente determinada.
La duda que citaba en el párrafo inicial viene determinada por el proceso de lectura histórica y constructiva de las fábricas del edificio.