En mayo de 1930 la incipiente Red de Paradores abre el que sería su tercer establecimiento, tras los paradores de Gredos y Oropesa. Organizada en torno al Patronato Nacional de Turismo, su objetivo en lo arquitectónico ha sido la recuperación de edificios históricos de importancia singular, a los que se dota de un uso hotelero permitiendo por un lado su conservación y por otro la creación de una red que iniciase un recorrido cultural por todo el territorio nacional. El modelo de Paradores ha sido reconocido por su aportación al patrimonio histórico español y al turismo cultural como motor económico integrador en el territorio.
En el caso de Alcalá de Henares, la Hostería del Estudiante se crea en torno al Colegio Trilingüe de la Universidad Cisneriana. Con entrada desde el Callejón de San Pedro y San Pablo, se articula en torno a varios espacios y patios (patio de Caballos), que le dan un sabor de arquitectura tradicional castellana, muy en la línea de la arquitectura de Paradores. Ocupará en un principio las crujías ubicadas al sur y este del Patio Trilingüe, con las cocinas situadas en la zona que ahora es entrada principal.
Este Colegio forma parte del conjunto de la manzana fundacional universitaria, y fue fundado a partir de 1516. El Colegio de San Jerónimo de la Universidad de Alcalá era también conocido como Colegio Trilingüe, por estar destinadas sus becas al estudio de las tres lenguas clásicas: griego, hebreo y latín. Tras la desamortización y la adquisición de los edificios de la antigua Universidad Cisneriana por parte de la Sociedad de Condueños, en 1929 se rehabilitan las fábricas de este antiguo colegio para instalar en él uno de los primeros centros de la Red de Paradores: la Hostería del Estudiante, que se inaugurará al año siguiente, como se ha indicado previamente con su entrada principal a través del Callejón de San Pedro y San Pablo, entrada que posteriormente se cambiaría a la Calle Colegios, donde actualmente se ubica.