La imagen exterior del templo era fruto de las intervenciones realizadas en los primeros años 80 por María Luisa López Sardá tras el hundimiento de la cubierta y las bóvedas del templo. La consolidación estructural y la reconstrucción de las cubiertas permitieron la conservación y la puesta en uso del templo, y le dieron la imagen actual. A pesar de que ésta no coincide con la configuración histórica de las fábricas exteriores, se ha optado por no modificarla y se ha realizado una reintegración tipológica del chapitel, basada en el modelo del existente previamente..